La obra de Daniel Dobarco gira al rededor del pensamiento estético de lo carnavalesco, pensamiento que analiza y desarrolla en la tesis doctoral que está realizando en la Universidad Politécnica de Valencia. El carnaval en la edad media hasta la revolución francesa, supone una inversión periódica del tiempo normal, que es sustituido por un corto periodo de tiempo que supone permisividad, exceso, inversión, travestismo y alteridad, y donde derivan elementos estéticos propios de lo burlesco y lo obtuso. “El Carnaval desencadena las energías, invierte las jerarquías, confunde a los individuos en una masa dinámica”. Otro elemento de principal importancia en el concepto de lo carnavalesco es la máscara o disfraz, es un elemento que otorga a quién la porta una perdida de su identidad y la adopción de una nueva, ésta canibaliza a la original y se vuelve en la “auténtica” la que pertenece de manera natural a este periodo de inversión simbólica y produciéndose en consecuencia un devenir. Por lo tanto, lo que se plantea en esta obra es una visión postcarnavalesca, donde el ritual del carnaval se expande en todos los ámbitos de la realidad, ya que tras la revolución francesa los valores revolucionarios del carnaval ocupan el tiempo normal, expandiéndose en consecuencia su estética en varios de los mundos alternos que se generan cada día en la vida cotidiana, donde los individuos en determinadas situaciones cambian su vida normal por la adopción de un nuevo habitus, como las festividades, los actos religiosos, la tradición, la guerra u oficios donde la uniformidad, la mascara y/o el anonimato hagan indeterminable su género, clase, raza, etc. Con ello pretende conseguir una obra que seduzca, que oculte, a través de la polisemia y del sentido obtuso, para que este se vea ante la necesidad de participar como hermeneuta de la obra, de dejarse embriagar por sus sensaciones y del deseo de resolver los enigmas que plantea.

Serie Los mapas del beato: Lo carnavalesco como forma de pensamiento estético es un mapa mental donde no hay ordenes narrativos de poder, lo narrativo puede o no establecerse o visto de otro modo esta narrativa es variable, al igual que el orden del mundo carnavalizado (entendiendo el carnaval como lo analiza Bajtin, Stoichita y Coderch), que funciona en un “orden” desestructuralista u obtuso. Por lo tanto estas formas que se superponen, se velan o se disipan, son al igual que como ocurre en el pensamiento o en el recuerdo, así como en los procesos de carnavalización, resistencias a la “realidad”. Hay que tener en cuenta que estas resistencias se establecen sin oposición, se incorporan a la realidad y la transforman. En este mapa pictórico de lo carnavalesco, se producen convergencias o cruces entre lo formal y lo informe, lo caótico y lo determinado, lo abstracto y lo figurativo, produciéndose puntos de fuga donde se generan agenciamientos entre imágenes, modificando de este modo el orden de significancia original.

Con este mapa se pretende mostrar formas de pensamiento rizomático, propias de la cultura popular, que divaga entre lo serio y lo cómico y que se oponen a las estructuras de poder y lógica dominantes, las cuales anulan o niegan las posturas contemplativas.