Jesús Zurita y Herrero de Tejada, un binomio impecable
En su Bio de la galería que le representa Herrero de Tejada, Arte contemporáneo, podemos leer: “JESÚS ZURITA nace en Ceuta. 1974 según los registros. Hijo anodino. Estudiante mediocre. Obsesionado por el cómic. En 1993 huye del mar y estudia BBAA en Granada donde empieza a ejercer de artista. Continúa viviendo en Granada. En 2013 nace su hija Carmen.
Se dedica al Arte. Exclusivamente. Debería buscarse un trabajo. Uno de verdad. Respeta profundamente ciertas cosas. También desprecia otras con ahínco. Morirá en algún momento entre la actualidad y el año 2050.
Y no volverá.”
Esta forma penetrante y concisa de presentarse tiene muchos más pliegues, ya que Zurita es un artista minucioso y exuberante que penetra profundamente la realidad ofreciéndonos unas imágenes cargadas de sensaciones y representativas de la complejidad humana.
Artista invitado este año en MARTE, hemos tenido el gusto de conversar con él y poder desentrañar un poco el origen y motivaciones de su arte.
La pulsión entre el sexo y la muerte, cuestiones esenciales en su obra
Cada uno de tus trabajos, incluso con su fuerte contemporaneidad, son obras de carácter sensible, que apelan a los sentidos, a lo voluptuoso o lo frío, incluso muchas me resultan cargadas de un acentuado componente sensual. Un universo tensionado entre eros y thánatos, entre lo que se esconde y lo que se muestra, entre lo oscuro y esa explosión de detalles y texturas sobre la que podríamos detenernos y recrearnos infinitamente. ¿Cómo es el mundo creativo-sensible de Jesús Zurita?
Es cierto que en mis planteamientos como artista prevalece el acercamiento sensitivo al espectador antes que una enunciación conceptual. No soy un artista de tesis. Es muy importante para mí que se establezca un vínculo entre la obra y el espectador, por lo que recurro a cuestiones que considero esenciales: el sexo, la muerte y todas las pulsiones que median.
Podría decirse que trabajo sobre aquello que configura lo inmediatamente humano previo a cualquier juicio ético o moral. No antepongo preceptos o códigos que reduzcan el significado de mis imágenes a un simple panfleto con el que estar o no de acuerdo; quiero que la imagen sea, como bien indicas, recreable, densa, abierta y que el espectador quiera compartir su tiempo con ella, recorriendo las partes que la constituyen. La carne y su trasunto, la vegetación, constituyen lo que somos y sus sensualidades, sus horrores, sus vacíos y sus plenitudes definen la sustancia de lo que muestro.
¿Es tu obra una obra en proceso, en el sentido de experimentarse como algo no definitivo, como un hecho en metamorfosis? ¿Un algo que sigue evolucionando en las muchas facetas y repliegues de lo que escondes o muestras?
Si, sin duda. Puedo acabar un cuadro, un dibujo o un mural y estar o no satisfecho. Pero no es hasta el reencuentro con la obra en otro momento y lugar cuando puedo dar un veredicto más ajustado sobre lo que he hecho. Si la obra sigue generando cuestiones, si sigue ofreciéndome posibilidades, entonces sé que está viva. Esto es clave. Si en este reencuentro todas las preguntas tienen sus respuestas, nada me retiene con la obra más allá del mero culto a los muertos. Otra momia más.
«Paisaje y vegetación no son otra cosa que figura humana»
A qué responde tu interés por la naturaleza y ésta personal interpretación del paisaje onírico?
Lo cierto es que no planteo directamente lo onírico en lo que hago, aunque entiendo que dé esa impresión. Sé que lo equívoco, lo misterioso y lo ambiguo son adjetivos que se adaptan tanto a mis trabajos como a las ensoñaciones, pero he de confesar que concibo las escenas más allá del sueño o la vigilia. Quiero plasmar “realidades” específicas o “mecanismos” adaptados al formato (tela, papel o pared) que las contienen y que se relacionen con el espectador implicando la presencia física de éste ante la obra y la distancia y recorridos que los implican. Es decir, circunstancias muy reales y conscientes desentendidas de los estados crepusculares.
Respecto a la naturaleza, pienso que es una noción muy amplia y con derivas que, si bien comparto ideológicamente, no están necesariamente presentes en mi proyecto. Creo que hablar de paisaje y vegetación sería más conveniente. Y al respecto revelaré que ambas surgieron repentinamente en los cuadros y que se asentaron profundamente en el “repertorio”. No supe explicar en su momento el por qué de esta irrupción y no fue hasta pasados unos años que tuve la revelación: paisaje y vegetación no son otra cosa que figura humana. Nunca conseguí una obra solvente con una figura humana frontal, sin tapujos, como eje central de la composición; no consigo controlar la jerarquía que se me impone: la figura vincula al espectador a través de la empatía y todas las opciones restantes quedan en segundo plano. Árboles, peñascos, acantilados, zarzas, matojos o frutos me permiten desarrollar una serie de aspectos que desde una sutilidad modulable pueden penetrar en las luces y las sombras humanas.
Tu obra dotada de un gusto por el detalle, tiene un marcado imaginario personal. ¿Cuáles serían tus referencias, la matriz a partir de la cual se gestan tus creaciones?
Me formé técnicamente como dibujante de cómics antes de empezar a pintar. El nivel de detalle al que te refieres quizás tenga ecos de aquella etapa, pero su uso es plenamente consciente para ofrecer al espectador niveles de textura estratégicamente situados para que el espectador se acerque y se aleje de la obra y se construya el vínculo al que me he referido anteriormente.
Para hablarte de mis referencias tendría que extenderme demasiado, más de lo que esta entrevista y nuestra paciencia podrían soportar. Si diré que en mis cuadros se sedimenta todo aquello que me fascina o repugna, que me seduce o indigna; en definitiva, mi obra crece y envejece conmigo. Lo cual no significa que sea biográfica, de hecho he trabajado duro para darle entidad propia. Lo que vivo hornea lo que pinto y estas pinturas alimentan mi vida.
Y el rojo….
Uno de los rasgos característicos de tu trabajo es la impronta de la utilización de un rojo que queda grabado en la retina. ¿Que nos comentas sobre ésta predilección?
El color rojo se reveló como uno de mis primeros recursos plásticos. En la búsqueda del espectador, la potencia y la temperatura de la pintura roja, su violencia, abren todo un abanico de posibilidades que se han ido desarrollando con el paso de los años.
Desde sus comienzos como superficies planas y totémicas, su evolución hacia formas híbridas hasta una fisicidad profundamente descrita o desenfocada y brumosa, el color rojo se erige como un agente vertebrador. Siempre oculta y muestra al mismo tiempo. Siempre respira. Es sanguíneo y la furia irriga sus orillas. Músculos, pétalos, tallos, hojas o pelos se ocultan bajo telas sometidas a vendavales o por el contrario se muestran impúdicos, tensos y refulgentes.
Sigo trabajando con el color rojo porque me sigue mostrando, con generosidad, nuevas posibilidades.
Este año MARTE, Feria de Arte Contemporáneo de Castellón, te convoca como artista invitado. Cuéntanos un poco cómo surge esta colaboración y lo que implica para ti. ¿Qué harás en Marte? ¿Ves como algo positivo la amplificación que puede dar a tu perfil profesional?
Fui invitado por Nacho Tomás Gil, lo que me pareció una magnífica garantía y, efectivamente, una buenísima oportunidad para presentarme en Castellón, donde no me he prodigado demasiado, lo cual aumenta el atractivo, sin duda. Creo que MARTE es un proyecto con el vigor y el empuje de ser aún joven y es un privilegio para mí participar de estas fuerzas.
Los Venenos
Y por último, tenemos mucha curiosidad de saber cómo has llegado a la imagen del cartel de Marte, cuéntanos su historia, cómo lo sientes…
Es un cuadro titulado “los Venenos” y muestra dos figuras ocultas y ambiguas cubiertas por telas rojas en actitud de recolectar. El asunto es si los mencionados venenos son recolectados o inoculados. Del mismo modo, el veneno y su asimilación, su cura, conviven bajo esos ropajes rojizos. Lo único seguro es que las figuras anónimas dedican toda su atención y recursos a una labor que imagino laboriosa, refinada y ritual, incluso alquímica.
Ahondando un poco más en la participación de Jesús Zurita en la feria y a él como artista hemos querido contar con las palabras de Amalio Gaitero del Bao, director de la galería Herrero de Tejada, espacio que acompaña y cuida, porque podemos decir, cuida, a Zurita, con tal cariño y pasión habla de su obra.
La galeria Herrero de Tejada abrió sus puertas en octubre del 2015. Ha participado en ferias como Marte 16, Estampa 16 o Salón Leibniz en ARCO 17. Este año forma parte del comite de seleccion de la remozada Just Mad.
Por su espacio han pasado artistas como Jesús Zurita, Julio Sarramián, Simón Arrebola, Maillo, FOD o Keke Vilabelda y comisarios como Óscar Alonso Molina o Fernando Gomez de la Cuesta.
Esta temporada su programa incluye a James Rielly, Alejandra Freymann, Bel Fullana, Santiago Morilla y Eloy Arribas.
Habla el galerista Amalio Gaitero del Bao
¿Cómo surge vuestra colaboración?
El primer acercamiento surge como mero espectador de su trabajo. En ese momento ya se crea un vínculo tremendo con su obra que provoca el deseo de contar con él para el proyecto. En ese momento el artista Santiago Morilla, que nos ayudó mucho en los primeros meses al abrir la galería, nos pone en contacto con Jesús que nos da la inmensa alegría de participar en la colectiva inaugural y posteriormente confirmar una individual en nuestro espacio.
¿Coméntanos por favor cual es la línea de trajo de la galería? y ¿qué aporta Jesús Zurita a ésta forma de trabajo?
Desde el primer momento tanto Juanma, la otra cabeza pensante del proyecto, como yo, quisimos mantener un fuerte compromiso con el dibujo y la pintura, mas por una afinidad personal y de sensibilidad hacia el formato que por una cuestión estratégica o racional. Con el tiempo, este compromiso se ha acabado convirtiendo en la marca de la galería.
En esta línea tan cerrada en torno al dibujo y a la pintura, la figura y la obra de Jesús Zurita es capital. Su dominio de la técnica es abrumador lo que, junto con su rigor y compromiso con el medio, le permiten explorar nuevas vías dentro de soportes tan tradicionales como el papel y el lienzo. La verdad es que es un lujo poder contar con él en la galería.
¿Cómo veis la presencia de Jesús Zurita en MARTE y la colaboración que se establece con la galería Herrero de Tejada?
Lo vemos como algo natural. Es una feria que después de tres ediciones empieza a estar madura y creo que la presencia de Jesús Zurita como artista invitado de este año lo corrobora.
En cuanto a Herrero de Tejada, nuestra colaboración es total ya que sintonizamos mucho tanto con el equipo de la feria como con el espíritu de la misma. Creo que es una feria que está creciendo y formar parte de ello es muy estimulante.
A ambos muchas gracias, al placer de detenernos en la obra de Jesús se ha sumado el de conocer de primera mano la opinión de Amalio sobre ella.
Imágenes cortesía de Jesús Zurita. Web