Tras haber sido elegidos por MARTE Feria Internacional de Arte Contemporáneo como una de las plataformas de difusión participantes y seleccionados como medio oficial, decidimos presentar el proyecto expositivo “Sentires oblicuos” con los artistas Irene Cruz y David Catá, verlo aprobado ha sido ver cumplido uno de nuestros (muchos) sueños.
Sentires oblicuos pretende componer un diálogo transversal entre las obras de Irene Cruz y David Catá. Artistas con distintos recursos formales, distintas inquietudes pero con una línea común, la transversalidad de sus sentires. Una transversalidad que les conduce por diversos caminos hacia un mismo lugar, la necesidad de comunicar su creación.
Irene Cruz propone a través de su obra suaves realidades, nos lleva a transitar por caminos de luz, nos guía, recreando para nosotros esos bosques en los que perdernos, dejarnos llevar y sentirnos únicos. Personajes difusos, casi etéreos, el humano como depredador de la naturaleza no existe, ni ésta como destructora de aquél. Una perfecta conexión que nos eleva y nos invita a imaginar, percibir, presentir.
A través del videoarte y de mis series fotográficas presento mayoritariamente mujeres en relaciones diferentes con la soledad: exploración, deseo, melancolía. Todo desde un punto autorreferencial, fruto de mi posición frente al mundo.
Me interesa el misterio, la privacidad, la reflexión sobre la naturaleza, y el paisaje. Me mantengo lejos de toda personalización, por eso rara vez se reconoce un rostro en mi obra. En común todo mi trabajo artístico se remite a la naturaleza como “el todo” al que pertenecemos. (Irene Cruz)
© David Catá | Raíces aladas |
Mi trabajo establece un juego entre la memoria personal y el acto creativo. Un acto temporal que queda registrado a través de la fotografía, el video, la pintura e incluso la escultura.
Todas las personas que conocemos nos marcan de alguna manera. Su imagen se proyecta sobre nosotros, recordándonos de donde venimos. Sus vidas se convierten en parte de la nuestra. Cada puntada sobre mi piel los representa, el dolor físico no es frontera, nos une más, al pensar que mi mano ha sido marcada en un acto de afecto; al pensar que en su momento mi mano ha tocado su mano. (David Catá)