Salomon Arts Gallery and O+O. New York. Inaugurada en 1975 como un espacio de trabajo de actores, exposiciones de arte, danza y performances, en 2003 comienza a exhibir las obras de artistas visuales emergentes. Se trata de uno de los centros de creatividad más vanguardista del corazón de Tribeca.
Gestión Cultural O+O es un centro de referencia internacional, su idea se forma a partir de distintas culturas plásticas entre Oriente y occidente, tomando esta mezcla como unicidad. Un intercambio cultural encaminado hacia la difusión del arte y la cultura, hacía la promoción artística de los artistas y sus obras.
En Marte hemos podido disfrutar de tres artistas muy diferentes pero con el nexo de unión de la espontaneidad:
Kenryo Hara: El maestro del arte de la caligrafía kodai-moji. El sólido proceso de intensificación que se consigue a lo largo de los trazos nos remite a un efecto único que nace de una exigente elaboración y explica la configuración de símbolos que el artista comparte con el lector (me encanta utilizar la palabra lector en lugar de espectador, pues siempre he considerado el arte como un lenguaje). Perfectamente estructurado, el dibujo de Kenryo Hara nace y se da dentro de una esfera en la que el escritor/artista ha trabajado desde el interior hacia el exterior, moviéndose implícitamente y llevándolo a su tensión extrema. Estamos frente a un mecanismo de construcción de universos significativos que tiene su punto de partida en lo sugerido por el signo.
Pilar Palomares: En las manos de Pilar Palomares el arte abstracto puede ser una herramienta muy potente. Pero este tipo de herramientas requieren de algo más que de la habilidad del artista, necesitan la cooperación del observador. Se me ocurren una serie de razones, así a bote pronto, por las que los seres humanos crean arte: para decorar, para contar una historia, para capturar o preservar una imagen, para ilustrar una idea… sin embargo, hay otra razón, más sutil, pero mucho más importante por la que el arte es importante para nosotros, y es la necesidad de llegar a nuestro interior, de explorar nuestros sentimientos inconscientes.
Enriqueta Hueso: Enriqueta Hueso crea con los colores utilizándolos solo lo necesario para hacer nacer con ellos una nueva vida. Juega con apariencias abstractas que no solo engañan, sino que embaucan. Pues es propio de la esencia de Afrodita esa mesurada limitación, ese dominio de las emociones más salvajes, esa sabiduría y sosiego del artista. Y digo sosiego pensando bien el sustantivo, pues a pesar de su conocida vehemencia, el ojo de Enriqueta Hueso posee el sosiego de Afrodita. Aun cuando parezca a veces encolerizada y siempre pasional, se halla divinamente bañada en la solemnidad de la bella apariencia con que sabe convertir todo cuanto toca.