Uan Flores lleva años en un proceso de investigación sobre el interés que produce en los ciudadanos la participación en una acción artística que experimenta en el campo de la iniciativa individual y el compromiso político a corto, medio y largo plazo; un proyecto acumulativo en el que se integran performance y exposición. Es el Proyecto Cabezas.
El arte en una sociedad se alimenta de su ciudadanía. No existe un legado sin la participación de las personas que conforman esa sociedad. El viernes y el sábado crearemos cabezas en moldes y los desprenderemos una y otra vez, separando simbólicamente esos dos elementos, cuerpo y cabeza. La sensación será liberadora. Llena de detalles sensitivos: vista, tacto, silencios y sonidos, respiración, pulso. Introspección inducida de forma consciente. En cada desmolde, una nueva cabeza blanca que confronta al observador. Al finalizar Marte cada sujeto propietario de su “alter ego” en blanco será el protagonista de nuestra instalación.
Entrar en el espacio expositivo salpicado de cabezas que son nuestras cabezas, transitarlo, recorrerlo, nos convertirá en performance, objeto, modelo, sujeto activo, guía, protagonista. El espectador dejará de serlo para ser actor. Después de la acción las cabezas blancas se devuelven a las personas de las que nacieron. Y así se convierten en energía potencial que se acumula ya que el proyecto nunca se detiene. Más y más cabezas blancas se suman al proyecto global como acción acumulativa en constante proceso de expansión.