Entrevistamos al comisario Miguel Mallol
Miguel Mallol, comisario en el Curated de Marte es invitado a la selección de artistas a través de Solo Projects, una cuidada muestra de trabajos de artista junto a la participación de galerías que los representan. La mirada de Miguel Mallol se suma a la de los comisarios de Marte 2017 junto a la de Lidón Sancho, Enrique Bocangelus y Joan Feliu como directores y Nacho Tomás como coordinador.
Mallol comisario de arte y crítico vive y trabaja en Londres. Desde 2002 ha organizado y comisariado numerosas iniciativas y exposiciones en galerías, museos o espacios alternativos independientes a nivel internacional. Ha escrito artículos y recensiones para varios portales y revistas especializadas, así como para catálogos o periódicos. Vive en la capital británica desde 2011, donde colabora en diferentes entidades públicas y privadas.
Dentro de sus proyectos comisariados más relevantes podemos encontrar: The Cardboard Gondolier» del artista londinense Willam Alexander. Performance subvencionada gradias a un crowdfunding y presentada durante la 57a Bienal de Venecia en Mayo 2017. «A transient space» residencia artística de una semana en el antiguo edificio abandonado sede de la Geddes Gallery en Kings Cross, Londres Diciembre del 2015. Co-organizada Cornelia Marland.
Mayor contenido social e interacción con el espectador
¿En una frase cómo explicarías el arte contemporáneo teniendo en cuenta el panorama actual?
Creo que hay un acercamiento del arte contemporáneo al espectador con un contenido más social y una invitación a una interacción más cercana, hay una tendencia a huir del impacto, imposible por otro lado con todo lo que nos sucede alrededor, para empujar a pensar. La era digital abrió una puerta pero considero que hay un retorno a los orígenes en el interior de cada uno.
¿Cómo definirías tu profesión o papel dentro del sector cultural?
La profesión de comisario nace hace sólo 50 años pero ha evolucionado pasando de un rol eminentemente teórico, a una posición más heterogénea que combina la creatividad en la consecución de un concepto, la elección de los elementos que lo construyen y su disposición en un espacio concreto, que ahora no se centra sólo en las paredes blancas de una galería o un museo.
El comisario fundamentalmente se sirve de los artistas para mandar un mensaje a través de la interpretación creativa que ellos hacen de una idea y la creación de una experiencia que conecte con el visitante y le aporte.
A todo ello se añade un punto de diplomacia en la negociación con instituciones, la búsqueda de financiación y la gestión logística, gestión de la línea gráfica etc que en la mayoría de los casos también está bajo el paraguas de responsabilidad del comisario junto a los colaboradores que colaboran en el proyecto.
Considero que en el sector cultural, sobretodo en la vertiente crítica, el comisario es un papel necesario para crear un poso de discusión y ser un nexo común entre varios campos del sector cultural. Hoy en día hay una heterogeneidad en la figura del comisario que considero positiva pero que a veces puede confundir con la incursión en ese rol de artistas, galeristas o gestores culturales. Bien llevado creo que todo suma si se apunta a un mismo fin.
Rompiendo elitismos en el arte contemporáneo
En cuanto a discursos expositivos, con qué líneas de comisariado te sientes más identificado y ¿qué líneas de comisariado se están siguiendo actualmente?
A pesar de haber comisariado exposiciones convencionales en galerías comerciales, me he sentido siempre más identificado con una línea más alternativa e independiente fuera del mercado que incluye el arte efímero también, como las performances y el land art, residencias artísticas y otro tipo de manifestaciones culturales. Con mis proyectos sigo una intención de acercar el arte contemporáneo a todo tipo de público y conquistar a los escépticos luchando por suscitar su curiosidad.
Creo que actualmente se va en esa línea, al involucrar más al visitante en las exposiciones con la intención de que interactúen con las propuestas o se sientan más identificados con el mensaje. Ese es el camino para romper la barrera ya superada que define el arte contemporáneo como elitista e invitar a participar también a los que no están familiarizados con la realización de una segunda lectura.
Hay que superar el prejuicio basado solo en el valor de la técnica, la composición y la estética que parece que dejamos atrás hace tiempo pero que sigue muy presente en la sociedad de a pie.
¿Estamos viendo un cambio en la última década?, ¿puede ser que nos encontremos con una línea mucho más comprometida con la situación social? ¿Cuál es tu posición frente a eso y cuál consideras que es la influencia que ejercen los comisarios y su responsabilidad ante este tema?
Seguramente la crisis ha creado un punto de inflexión que ha zarandeado el mundo y con ello, como espejo de lo que sucede, el arte contemporáneo. Ha sido un retorno a los orígenes y una recuperación de los valores y eso, en definitiva ha hecho resurgir una línea mucho más ligada a la reivindicación y protesta. Las galerías y los museos se han reinventado y eso me parece que es positivo y era necesario.
Esa línea de compromiso social ha existido siempre en el arte contemporáneo internacional pero seguramente se ha hecho más evidente ahora en realidades más cercanas por vivir una situación especialmente difícil y ser protagonistas ahora de situaciones límite que antes se daban en la lejanía de países sudamericanos como Argentina por poner un ejemplo.
Como he dicho anteriormente creo que el arte tiene que tener más presencia en la sociedad porque tiene que remover las conciencias y ser más tangible, más cercano. Los comisarios, como he dicho anteriormente, tenemos que interpretar el periodo en el que vivimos para plantear cuestiones e incentivar a la gente a analizar el mundo en el que viven, huyendo de las banalidades para crecer como sociedad.
El reto de Marte Curated
Marte es una feria que se diferencia de otras por su forma de organización. ¿Qué opinas de una feria totalmente comisariada?
Parto de la base que Marte no es una Feria al uso ya que por su programación, con secciones independientes, no está centrada solamente en el mercado y eso es muy positivo. No es fácil tampoco el formato de comisariar la feria porque no se dan las prerrogativas necesarias para ello, si fuera así no sería una feria, aunque la intención es un reto muy interesante.
Convencer a galerías comerciales a participar en un proyecto de comisariado no es una tarea sencilla, porque la elección de los artistas no es libre al estar ligado a la aceptación de unas condiciones conectadas con una finalidad comercial. Creo que es una feria que está creciendo y la apuesta de este año es un paso más hacia una feria que esté en un punto intermedio entre una exposición y un punto de venta como toda feria convencional.
“Realidades” de Miguel Mallol
Has sido invitado como uno de los comisarios de MARTE CURATED ¿qué aportará tu mirada en la nueva edición de la feria?
La sección que comisario se llama ‘Realidades’ y creo que sigue un poco la línea que comentaba antes de comisariado que me interesa.
Son cuatro artistas que trabajan de manera completamente diferente pero que todos ellos invitan al visitante a ver la realidad desde prismas diversos. Cada uno juega con lo tangible y lo intangible porque necesitan del espectador para completar su obra. Creo que en el mundo en que vivimos, con el protagonismo de la digitalización y el bombardeo de imágenes que sufrimos cada día, hemos creado una realidad paralela que nos confunde.
El método que usan es básico: la geometría, el color, la poesía, la fotografía, los signos o el dibujo pero tiene una vertiente social y de búsqueda interior que es lo que los convierte en contemporáneos.
Es una invitación a seguir las pistas que nos dan para crear nuestro propio universo.
¿Qué artistas podemos encontrar en ésta nueva edición de MARTE?
A parte de los artistas de mi sección que son el fotógrafo, poeta y cineasta catalán Marcel Pey, la castellonense afincada en Londres, Altea Grau, la artista Cristina Silván y el valenciano Calo Carratalá hay propuestas muy interesantes de otras secciones de la parte de comisariado como son Anna Llimós o Eloy Arribas por poner algunos de los muchos ejemplos de artistas interesantes. Todo ello junto a las aportaciones en las diferentes iniciativas de figuras como Jose Valenzuela, Yolanda Domínguez o Violeta y Miriam Nicolás a los que espero escuchar y ver durante la feria.
MARTE forma parte de las principales ferias de ámbito nacional. ¿Qué piensas del sistema artístico español en la actualidad?
Creo que en España, después de un periodo de letargo demasiado largo, existe desde hace años una expansión del arte contemporáneo de calidad. Estamos en una etapa de descentralización y están surgiendo centros interesantes en ciudades como León, Murcia, Santander o Valladolid con propuestas e iniciativas verdaderamente buenas. Además existe una red de convocatorias que democratiza e incrementa las posibilidades de formar parte de ello.
A nivel de artistas siempre ha sido un fermento dinámico y muy vivo aunque creo que deberían tener más ayudas, junto a los gestores culturales y comisarios, porque considero que el sector del arte contemporáneo sigue siendo precario y los que trabajamos en él sobrevivimos o tenemos que buscar otras vías de entrada de ingresos.
Ese punto es algo muy mejorable y hay que intentar concienciar a la sociedad que la creatividad es un trabajo duro y la gente que intenta vivir de ello, son profesionales que dedican mucho tiempo y esfuerzo. Creo que se tiene que considerar la cultura como una necesidad e invertir en ella para crecer.
Has comisariado exposiciones en Londres ¿qué has encontrado en el medio cultural allí que no hayas encontrado aquí? ¿O al contrario, qué echaste en falta?
Considero un lujo que los museos sean de acceso gratuito y creo que eso acerca a la gente al arte y a los que nos gusta, nos da la posibilidad de visitarlos siempre que queramos. En Londres, gracias a su multiculturalidad, existe una realidad más global y una diversidad de propuestas más completa y está más abierta al exterior, creo que eso se está mejorando también en España.
Se echa en falta en cambio la identidad que en las grandes metrópolis se pierde.
Muchas gracias por tu atención y tiempo!!!