El coleccionista, Alejandro Bethencourt, traza una parábola con los labios cuando enseña su última incorporación a la colección, una obra que colorea y decora sus futuros recuerdos, que desperdiga sin cuidado los colores primarios en el alma.
A Alejandro le gusta perderse entre la paleta de grises de la vida, entre formas tan abstractas como extrañar a alguien, entre colores que pintan lo invisible y te borran la memoria de la muerte.

 


Él se rodea de obras que son un collage de la vida misma, distintos géneros que vuelan sin miedos, sin prejuicios.
El coleccionista libera su gusto de los estereotipos y busca bien adentro, degustando la eterna dicotomía entre el bien y el mal. Su colección es cercana, comprometida con sus convicciones, pero, sobre todo, es auténtica y a la vez un poco absurda y fugaz. Colecciona artistas, personas de nivel vital, intelectual y artístico, que destacan por su forma de ser, estar y vivir.

 

 

La exposición se inaugura en el MACVAC coincidiendo con Marte, el 25 de mayo de 2024, y estará abierta hasta el 30 de septiembre de 2024.